Hay momentos en que pareciera que todo el mundo depende de vos…
Estás recontra ocupada y cansada pero tu hermana te pide que le cuides este sábado a los chicos, tu compañero de trabajo te pide que le hagas el favor de cubrirlo mañana por la mañana porque tiene que hacer algo muy importante, tu amiga quiere que la ayudes a preparar su fiesta de cumpleaños y a tu jefe se le ocurre que termines un informe que normalmente te llevaría 2 semanas terminarlo en… 2 días.
Si te sentís identificada con esta situación, una de las cosas más simples que tenés a tu disposición es la palabra «NO».
A veces somos demasiado complacientes con los demás y decimos que SI cuando en realidad desearíamos poder decir que NO.
¿Te ha pasado que tu mente dice: ¡No, no, no! pero de tu boca sale un ¡SÍ! al mejor estilo Homero Simpson y después te sentís molesta o enojada con vos misma porque dijiste que sí cuando en realidad querías decir NO?
Si es así, hoy vamos a analizar un poco por qué suele pasar esto y qué podemos hacer para ser más asertivas y aprender a decir que NO cuando queremos decirlo.
¿Por qué decís que SI cuando querés decir NO?
Hay situaciones en las cuales decir que NO, nos cuesta mucho y en algún punto sentimos cierto temor de cómo va a reaccionar la otra persona ante la negativa.
A veces creemos que vamos a quedar mal ante los demás por hacerlo y en muchas veces inventamos alguna excusa o una mentira para evitar decir que NO.
Crecimos en una sociedad que nos educó para ser obedientes, serviciales y educados y bajo la creencia limitante de que si nos oponemos a ayudar o a colaborar somos malas personas, lo cual no es así.
Debido a esto, puede que decir que NO, te haga sentir culpable o egoísta y sentir miedo a que la otra persona se disguste, te critique y te deje de lado, pero a veces es necesario decir NO por respeto a una misma y para que los demás también aprendan a respetarnos.
La capacidad de decir NO está muy relacionada con nuestro nivel de autoestima.
Cuando aprendés a decirle “NO” a las solicitudes de otras personas de manera educada pero firme, empezás a tomar el control de tu vida y a decidir darle prioridad a las cosas que realmente son importantes para vos.
Al contrario de lo que muchos piensan, decirle “NO” a otros, no tiene por qué convertirse en un situación incómoda.
Por qué es importante aprender a decir NO y poner límites sin sentirte culpable.
Aprender a decir NO sin sentirte culpable te va a hacer sentir más libre y más cómoda con vos misma, por lo tanto más feliz.
No significa que seas egoísta, pero si vos no te ponés en primer lugar, te respetás y marcás tus propios límites nadie más lo va a hacer.
Tenés que serte fiel a vos misma, antes que a los demás, porque no podés complacer a todo el mundo sacrificando tu propio bienestar y postergando lo que para vos es importante.
¿Qué te hace pensar que la vida de los demás es más importante que la tuya?
Si no aprendés a poner límites, nunca va a faltar alguien que se aproveche de tu paciencia y voluntad.
Y si a alguien le molesta o se enoja porque le decís que NO, te darás cuenta que es una persona que no le importa si vos vas en contra de tus principios y sentimientos.
Date la oportunidad de hacer lo que realmente deseás hacer y vas a ver cómo empezarás a sentirte mejor por estar en coherencia con lo que pensás, sentís y hacés.
Y vos… ¿Sabés decir NO?
Si estás cansada de complacer a los demás sólo hace falta que tomes la decisión determinante de comenzar a actuar con asertividad y hacer lo que realmente deseás hacer y no lo que a los demás se le antoja que hagas, hacete responsable de tus acciones porque tu bienestar se verá afectado según tu propio comportamiento y no por el de los demás.
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